Cap.20 Solo tu y yo

-¿Qué haces aquí?- me preguntó Martín acercándose a mi y sentadose a mi lado.
-Nada, quería estar sola un rato.- le contesté girándome para mirarle.
-¿Te apetece ir hoy a dar una vuelta?- ¿qué le digo? me pregunté a mi misma, me encantaría pero..
-No lo se.- que tonta soy, dile que si, decía mi corazón pero mi cabeza, no Lucía, tienes que olvidarte del amor por un tiempo. Pero es que no es fácil.
-Venga, ya no se que escusa poner para estar contigo.- pero, como me encanta.
-Vale.- creo que sera otra vez mas que are caso a mi corazón y no a mi cabeza.
-Que bien! Entonces a las ocho paso a por ti.- me dio un beso en la mejilla y se levantó.- Venga vamos al patio, no te pienso dejar aquí sola por mas que quieras.- me cogió de la mano, me levanté y lo seguí.
Salimos al patio y todos nos estaban mirando porque Martín me había cogido de la mano, como si fuéramos novios pero luego me di cuanta y lo solté. Me despedí y me fui con Eva que estaba con Simón y Sergio. Al acercarme a ellos, les saludé.
-Hola chicos.- dije.
-¿Y eso que vienes con Martín?- me preguntó Sergio celoso. Espera, Sergio estaba celoso. Pero ¿por qué? si ya le dije que no quería estar con el, bueno eso creo.
-Nada.- no quería hablar de eso, porque sino terminamos peleándonos.
-Venga Lucía cuenta me todo.- Eva se levantó me cogió del brazo y nos dirigimos hacia otro banco para sentarnos y hablar solas, ya que no querría que ninguno de ellos se enterara de nada. Le conté todo, y me dijo que cuando quedemos hoy Martín y yo tengo que decirle lo que siento. Dudaba un poco con eso pero lo quiero de verdad. Pero a la vez tengo mirando, me pasaron muchas cosas cuando estuve saliendo con Álvaro y con Juan, y quiero que esta vez sea diferente, este mejor y que nadie me haga daño pero lo malo es que la tal Raquel se nota que esta colada por Martín y no dejara que se le escape así sin mas, así que tengo que tener cuidado esta vez, otra vez mas.
Al terminar el patio nos fuimos para clase, terminaron al cabo de unas horas y luego tocó el timbre para irnos a casa. Cuando estaba por el camino, Martín me llegó y me quiso acompañar a casa. Al llegar nos despedimos y me metí para la casa. Irene me estaba esperando para decirme que ya me apuntó para ir a natación. Mañana podía empezar a entrenar ya que tendremos una competición dentro de dos meses. Me alegré mucho con la noticia, luego fui a ver a Rex, Luisa le estaba dando de comer, me puse a jugar con el durante un rato, hasta que la comida estaba lista. Después de una media hora Luisa nos avisó a todos y  fui a lavarme las manos y después me senté en mi sitio. Estaban todos menos mi padre, estaba trabajando,
siempre llega a las 7 o 8 de la tarde. La comida como siempre aburrida, al terminar me fui a mi cuarto, hice los deberes, y al terminar ya eran las 7. Me metí en la ducha, después abrí el armario para pensar que ponerme. Estuve mirando durante un tiempo hasta que me decidí por unos shorts ya que aun hacia calor. Una camiseta de tirantes de rayas de color blanco y negro y mis manoletinas, como siempre, me siento cómoda con ellas. Fui luego al baño para peinarme, me hice una trenza de espinas, me puse un poco de colonia y ya estaba lista. Cogí mi móvil y mis llaves y bajé a bajo al salón porque quedaban 15 min más para que sean las ocho. Al bajar Sergio estaba en el sofá echado mirando la tele.
-¿Qué miras?- pregunté.
-Nada.- se giró para verme y se quedó sorprendido.-¿Tú dónde vas?
-He quedado.
-¿Con quién?
-Con Martín.- si no se lo decía luego se enteraba por otra parte, y la verdad seria peor.
-¿Te gusta?
-A ti no te importa.
-Lucía, te dije des de un principio que quería cuidarte. Y me preocupo por ti. Por si te hace daño o algo.
-Y yo te dije que no necesito una niñera, soy bastante mayorcita.
-Tienes dieciséis.
-¿Y?
-No te creas tan mayorcita, te quedan dos años para ser mayor de edad.
-Venga, no necesito un tercer padre, ¿sabes?
-¿Y quién es el segundo?
-Yo.- dijo mi hermano bajando de las escaleras y con una sonrisa pegada en la cara, si no lo conociera no sabría que le pasaba algo, y tendrá que ser importante, porque estaba muy feliz, demasiado diría yo.
-¿Y eso que estas con esa sonrisa?- le pregunté.
-Conseguí trabajo.
-Que bien! ¿Y de que?- me alegraba por el.
-De camarero en una discoteca.
-Ya iré a visitarte.- dijo Sergio. Tocó el timbre.
-Yo me voy, adiós.- dije y salí de allí.
Martín me estaba esperando. Nos saludamos y nos fuimos al cine. Al terminar la película, fuimos a cenar. Era la mejor tarde de mi vida. Estaba con el y se portaba tan bien conmigo. Estuvimos todo el tiempo hablando, conociendo nos mejor, me enteré que tiene una familia enorme. Padres ricos, con 2 hermanos mayores el era el menor. Sus padres viajaban mucho y ellos se quedaban solos en su casa y cuidándose entre ellos. También me enteré que el era el capitán del equipo de fútbol del instituto y entonces me acordé porque estaba Raquel tan colada por el, era el capitán y los capitanes tienen que ser novios como en las películas. Pero no quería estropear mi mejor tarde pensando en eso. Al terminar la cena fuimos a dar un paseo. Ya había anochecido y habían salido las estrellas y también hubo luna nueva. Era hermoso el cielo.
Entramos en un parque, y nos acostamos en la hierba( estaba limpia ). Seguimos hablando y riendo. Me lo pasaba genial.
-Me encanta mirar las estrellas.- le dije después de estar un tiempo sin hablar.
-A mi también. Sabes Lucía, me alegro de haberte conocido, des del primer día en que te vi en este parque, me encantaste. Y no te pude olvidar.- me dijo mirándome a los ojos.
-Yo tampoco me pude olvidar de ti des de entonces. Pero hay un problema Martín.
-¿Qué pasa?- dijo preocupado.
-Es que..no quiero que me pase nada de lo que me pasó antes.- como ya se lo había contado todo lo que me pasó en el pasado pues sabia de que estaba hablando. Eva me dijo que se lo dijera y es lo que estoy haciendo.
-Tranquila yo no te are nada, como lo que te hicieron ellos.
-Es que tengo miedo Martín.- lo abracé.
-Me tienes para todo, tranquila, ¿vale?
-Gracias, necesitaba un abrazo.
-De nada, preciosa. Pero ahora que nos conocemos mejor, ¿aceptas ser mi novia?- quería escuchar eso, pero no sabia que decirle, no estaba muy segura de esto. Lo que tengo claro es que lo quiero y mucho. Creo que mas que lo que quise a Juan y Álvaro.
-Si, quiero.- al escuchar que acepté me dio un beso. Era un beso genial, maravilloso, dulce,
sabroso, perfecto, especial. Sentía como si fuera un sueño, que existiamos solo el y yo.

Estábamos juntos sin dejar de besarnos, abrazarnos y que no había nadie que nos quisiese hacer daño. Y me siento feliz pero a la vez con ganas de decepción ya que habrá mucha gente que nos ara daño y que nos odiara. Es que nadie creerá esto, yo la nueva saliendo con el capitán del equipo de fútbol, el mas popular de todo el instituto y se había fijado en mi. Lo bueno es que yo no era popular ni en mi antiguo colegio ni aquí. Aun que ahora podía ser diferente ya que estaba saliendo con el chico popular. Era maravilloso, todo lo que me estaba pensado, la verdad es que si que parece un sueño, pero lo bueno es que no lo es y eso me gustaba, no, me encantaba. Al estar hasta las tantas en el parque, me acompañó hacia casa. Mañana era sábado, empezamos el curso a mitad semana y ya era fin de semana. Al llegar a casa, nos despedimos con un beso. Luego entré en casa, subí las escaleras para no despertar a nadie porque ya era la una de la mañana y la verdad íbamos a estar hasta mas tarde pero estaba cansada. Fui a mi cuarto, me cambié y me acosté en la cama. Dentro de un rato, vino Sergio.
-¿Cómo te fue?- me preguntó y como siempre se notaba que estaba celoso.
-Bien, gracias por preguntar.
-¿Y ya sois novios?
-De verdad lo quieres saber?
-Si.
-Pues entonces, lo quisiste saber tu, luego no me eches a mi la culpa, si lo somos. Y por favor no quiero pelear mas, con nadie, y ya que vivimos juntos menos contigo.
-Tranquila no quiero discutir contigo, no pasó nada entre nosotros y seguro que nunca pasará.- al decir eso se levantó de la cama porque se había sentado, y se fue hacia su cuarto.
-Espera, Sergio, no te enfades. Por eso no te lo quise decir.
-Buenas noches.
Definitiva mente no entiendo  a los hombres. Son tan diferentes a nosotras. Primero hacen una cosa y luego otra, nunca los entenderé. Esta vez me preocupaba por Sergio, nunca se había ido de mi cuarto de esa forma, rara, diferente. Estuve pensando en todo eso durante no se cual hora, hasta que me dormí. Al día siguiente al levantarme y ver que hora era en mi móvil, había una nota encima de él.